La Práctica Más Fácil

En budismo hay prácticas difíciles, prácticas semifáciles y prácticas fáciles. Puede que usted sienta atracción o simpatía hacia el budismo pero nunca logra ir a una práctica. O que no consiga sentarse quieto/a y en silencio a meditar. O que tenga un obstáculo a superar o un objetivo a conseguir. Entonces, haga la práctica más fácil de todas: recite Namo Buddha Amida. El Buddha Amida es el Buddha de la Tierra Pura del Oeste. Él hizo el voto de ayudar a quienes pronuncien su nombre. No hace falta fe, no hace falta entender. No hace falta nada más que recitar su nombre, por eso es la práctica más fácil. Si recita su nombre Él le ayudará sin falta. Recite su nombre y Él despertará en usted la sabiduría de reconocer las circunstancias correctas y realizar las acciones apropiadas.

Así como la vida funciona de muchas maneras aunque no sepamos la explicación, el Buddha Amida no se puede explicar, es un misterio para nosotros pero su poder es el de la vida y la luz ilimitadas. Recite Namo Buddha Amida. Cada vez que pueda, recite Namo Buddha Amida. Agregue a sus prácticas o actividades la recitación de Namo Buddha Amida. Usted va a ver el cambio. Namo Buddha Amida. No es una superstición, usted no necesita creer nada ciegamente ni dejar sus creencias, ni dejar de ser racional. El Buddha es la Mente, la Mente es el Buddha. Su intención de recitar Namo Buddha Amida hace efecto porque se pone en sintonía con el poder misterioso del Buddha-Mente que es la fuente de todos los fenómenos. Namo Buddha Amida, Namo Buddha Amida, Namo Buddha Amida.

Ésta es la práctica más fácil. Namo Buddha Amida es como tomar un medicamento para una enfermedad, que funciona aunque uno no entienda cómo funciona. Usted si quiere puede estudiar medicina y aprender más o simplemente tomar el remedio por confiar en alguien que se lo recomienda y ver qué pasa. Claro que no es como un remedio, porque un remedio le puede hacer mal, mientras que decir unas palabras no le puede causar ningún daño. Así que pruebe, recite Namo Buddha Amida.

En el futuro puede que se interese en la filosofía budista y todo el marco teórico del Buddhadharma, pero si usted busca la práctica más fácil, comience recitando Namo Buddha Amida y vea qué pasa. Namo Buddha Amida!

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Han Shan

Nirvana, Atta o Anatta (Yo o no-Yo) ?

Las enseñanzas sobre el No-Yo del Movimiento Dhammakaya de Tailandia

Desde al menos 1939 se desarrolló en Tailandia un movimiento controversial de monjes y maestros de meditación, luego llamado Movimiento Dhammakaya. Este movimiento enseña que es incorrecto etiquetar el Nirvana como anatta (No-Yo); en lugar de eso Nirvana es el «Verdadero Yo». Esta enseñanza es similar a la de los sutras tathagatagarbha. El profesor Paul Williams explica la perspectiva de este movimiento:

‘Las meditaciones [Dhammakaya] involucran la realización, cuando la mente alcanza su estado más puro, de un «Cuerpo del Dhamma» (Dhammakaya) con la forma de un Buda claro, radiante y luminoso libre de todas las impurezas y situado dentro del cuerpo del meditador. El Nirvana es el verdadero Yo, y esto es también el dhammakaya.’

Algunos budistas Theravada tailandeses rechazan esta enseñanza e insisten en que el no-Yo es un hecho universal. Contra esto, el monje budista tailandés Phra Rajyanvisith, del Movimiento Dhammakaya (que no se ve a sí mismo como un mahayanista sino como un moderno theravadín) arguye que los que tienden a sostener la perspectiva del absoluto no-Yo son académicos, en vez de meditadores budistas. También, de acuerdo a él, sólo lo compuesto y condicionado es no-Yo, no el Nirvana. El Profesor Williams resume la perspectiva de Phra Rajyanvisith, y agrega su propio comentario al final:

‘[Los académicos] se inclinan hacia una perspectiva del no-Yo. Pero sólo los académicos sostienen esa visión. A modo de contraste, Phra Rajyanvisith menciona en particular las realizaciones de muchos distinguidos monjes ermitaños del bosque. Más aún, arguye, impermanencia, sufrimiento y no-Yo van juntos. Cualquier cosa que es no-Yo es también impermanente y sufrimiento. Pero, nirvana no es sufrimiento, ni es impermanencia. No es posible tener algo que es permanente, no sufrimiento (es decir, es felicidad) y seguir manteniendo que es no-Yo. Por lo tanto es no no-Yo. Entonces, es Yo (verdadero, o trascendental)… Esas formas de leer el budismo en términos de un Yo verdadero ciertamente parecen haber congeniado en el ambiente del Este Asiático, y por lo tanto florecido en ese contexto donde por complejas razones también el Mahayana encontró un hogar.’

En vista de las enseñanzas que afirman un Yo real tanto en el Movimiento Dhammakaya como en los sutras tathagatagarbha, el Profesor William se inclina al punto de vista de que ‘… deberíamos abandonar todas identificación simplista del budismo con una definición sencilla del no-Yo…’

(Pali – Sánscrito –> Dhamma-Dharma, Atta-Atman, Anatta-Anatman, Dhammakaya-Dharmakaya)