Porque no son las circunstancias las que mandan sino nuestra propia mente

Porque no son las circunstancias las que mandan sino nuestra propia mente, el budismo empodera a los jóvenes para superar todas las turbulencias del samsara. Pero no se confundan, no se trata de estudiar, leer libros y presenciar conferencias. Se trata de la práctica, de la vivencia, de la experiencia. Y debido a que cada uno experimenta las circunstancias de forma diferente, es muy importante establecer una relación mentor-discípulo con un maestro afín, que les conozca para poder orientarles teniendo en cuenta cómo son y qué están pasando. Por eso únanse a una sangha y sigan las señales que les da el maestro. Ustedes eventualmente van a encontrar a su maestro interior, pero eso ocurrirá más rápido si cuentan con la ayuda de su maestro exterior. Namo Buddha Amida.

Ser feliz depende de la mente

Ser feliz depende de la mente, eso se demuestra fácilmente: si observamos a diferentes personas ante circunstancias «de sufrimiento» similares, vemos que hay diferentes reacciones, algunas sufren más, otras menos. Si el sufrimiento dependiera solamente de las circunstancias entonces todo el mundo reaccionaría con el mismo nivel de sufrimiento. De eso inferimos que el sufrimiento depende de la mente. Y la mente se puede entrenar. Nuestro cerebro también. Los hábitos son «rutas» neuronales que se crean por repetición. Para cambiar los viejos hábitos de sufrimiento, simplemente les enseñamos a nuestros cerebros a crear nuevos hábitos, nuevas rutas neuronales, a fuerza de repetir, tal como se crean senderos de tierra en el pasto a fuerza de caminar por ese lugar.

Han Shan Heshang